Hace un par de dias me tocó presenciar el primer incidente “violento” desde que llegamos a Brisbane. Yendo en camión al trabajo, tocó sentado enfrente de mí un joven de unos 20 años con un físico de jugador de rugby gigantesco que parecía venir directo de un entrenamiento (el sudor en la camiseta y el olor lo delataban). Era tan ancho que ocupaba un asiento y medio y aunque había gente parada, nadie se atrevió a sentarse junto a él. Frente a él estaba sentado un señor chaparrito, cuarentón, vestido con ropa de trabajo de oficina.
A unos minutos de que nos subimos, y justo en el momento que el joven le daba un gran trago a su botella de agua, un estornudo repentino que lo hizo expulsar todo el líquido por nariz y boca hizo su aparición, con tan mala suerte que el señor de enfrente y la ventana del camión terminaron totalmente empapados.
El joven tuvo un segundo de confusión y alcanzo a decir un demasiado bajo para mi gusto -“Sorry”.
El senior con justa razón se volteó con la sangre agolpada en su cara del coraje mientras decía en un tono medio alto -“Are you serious Mate????”- aunque en el momento en que vio el mastodonte que tenia enfrente el color de la cara empezó a cambiar de rojo a un tono un poco mas pálido.
En menos de un segundo, el mastodonte se levanto de su asiento (se tuvo que agachar porque su cabeza pegaba en el techo) y amenazador empezó a gritar a todo pulmón en tono de sargento de entrenamiento militar (de película). - IT WAS AN ACCIDENT YOU F&%$#, WHAT THE F&@# DO YOU WANT ME TO DO… YOU F$%& PIECE OF &%#@????.
Claramente pude ver como el senior se hacia pequeño (aun mas) en su asiento buscando desaparecer en ese instante. Con la cara ahora si totalmente amarilla, no supo que hacer además de susurrar un -”Sorry mate”.
El Gorila se volvió a sentar en medio de un silencio total y la mirada de los 40 pasajeros encima (todos con la boca abierta). Se pasó el resto del viaje susurrando para si mismo mientras movía la cabeza hacia los lados en un claro “no”. Ante la pregunta del chofer de que si todo estaba bien, el orangután gritó: “EVERYTHING IS FINE!!!”. Seguido de: “Isn’t it F.. %$@???” en un tono mucho mas bajo.
El ahora mini-señor por su parte asintió mientras cabizbajo sacaba una toallita de su mochila y se secaba la cabeza y la camisa. Durante el resto del viaje conservó su nuevo micro-tamaño y por supuesto que no se atrevió a volver a mirar para atrás.
Su humilde corresponsal, siempre dispuesto a arriesgar el pellejo para su entretenimiento, tomó una foto con su celular para que puedan apreciar la diferencia de tamaño entre los participantes del simulacro de pelea.
Moraleja 1: Gorilas cabeza-hueca hay en todo el mundo.
Moraleja 2: El miedo no anda en burro… y como esta anécdota demuestra, tampoco en Canguro!!!!